Estimado Leopoldo, mediante la presente quiero felicitarle por los resultados de la última encuesta realizada por su empresa que refleja bastante bien los índices de popularidad del señor presidente de la República. Es más, es posible que usted se haya quedado corto.
Un nutrido grupo de moradores de Santa María, Los Libertadores, la 24 de Diciembre y Villa Lucre, los que hacían fila para coger agua en el caño detrás de la Tecnológica y muchos habitantes de otras barriadas populares deseamos que también se nos encueste para sumar nuestras voces de apoyo a la gestión del Sr. Presidente. ¿A qué salón del Palacio de las Garzas debemos dirigirnos para ser encuestados?
Coincido con usted al cien por cien, ¿Qué culpa tiene el Sr. Presidente de las metidas de pata de los funcionarios que él ha nombrado? Si el equipo de Bonissi en la Procuraduría se vio envuelto en un escándalo mayúsculo sobre sobornos, ¿qué tiene que ver Martinelli en ello? Si la Policía Nacional dejó quemarse vivos a los muchachos del Centro de “Cumplimiento”, eso es problema de Mulino y Pérez. Y lo del cónsul historiador son cosas de Varela. Nunca como hoy hemos tomado mejor agua, embotellada.
El Sr. Presidente ha dado sobradas muestras de bondad con los pobres empresarios mexicanos de ICA y PYCSA y las va a pagar sus 1,070 millones; a los pobrecitos de CUSA también les va a resolver el desastre del puente Centenario por cuenta del MOP. La máxima muestra de desprendimiento es que a la Teletón le donó un millón de dólares, del erario público. Pero personas ingratas como Eladio insisten en desacreditarlo con pretensiones absurdas.
Don Leopoldo, aprovecho para invitarlo a que acompañe a un nutrido grupo de panameños que han creado una nueva asociación para respaldar la iniciativa del diputado Chello Gálvez para obtener la reelección inmediata del actual presidente, por cinco años más. Este grupo se denomina Asociación de Masoquistas Unidos de Panamá, y su lema es: “¡ningún gobierno nos había hecho gozar tanto!”.
Un abrazo para usted y su jefe. Dígale que todos los días en la ducha nos acordamos de él.
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